Sunday, July 06, 2014

Sigan a la Ballena


Con el cambio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación al rango de Ministerio de Cultura, el actual gobierno ha dado un paso clave para afrontar los desafíos que plantea la pronta puesta en funciones del Centro Cultural Presidente Néstor Kirchner.
Dicho Centro Cultural será el punto central de referencia para el ejercicio del Plan Nacional de Igualdad Cultural, del que participarán, naturalmente, los organismos artísticos nacionales.

El compromiso de los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional con su público en todo el país se manifiesta en su trayectoria, rica en iniciativas genuinas en pos de la difusión de la música nacional e universal, también en lugares y circunstancias no típicas. La promesa de una sede propia con instalaciones de tecnología moderna de grabación, edición y difusión, ha generado, muy desde el inicio del proyecto, muchas expectativas e iniciativas en la orquesta. Lo comprueban cartas de la comisión artística del conjunto a las autoridades nacionales (*1), el seguimiento del proyecto en el respectivo rubro de su red de blogs, y especialmente la sustanciosa participación de la orquesta en cuestiones de la configuración arquitectónica del escenario de la Ballena Azul y de las zonas adyacentes del área musical en general.

Para la Sinfónica ha sido un gesto muy alentador que la flamante Ministra de Cultura Teresa Parodi, junto con una comitiva de sus más cercanos colaboradores (2*), nos haya visitado en nuestro actual lugar de ensayos, el piso 11 del Teatro Nacional Cervantes.
La visita coincidió con la preparación de un programa de música latinoamericana. Después de la presentación y bienvenida a cargo de nuestro concertino Luis Roggero, y la entrega de obsequios simbólicos (material impreso de información histórica sobre la Sinfónica y un ramo de flores) a la funcionaria, ésta habló a la orquesta, todo su personal artístico, técnico y administrativo presente.
En sus palabras aludió a la importancia de la cultura en toda su diversidad para la construcción de la Nación, las implicancias de la jerarquización del área de cultura en el Estado, el propósito del gobierno de la más amplia difusión de los bienes culturales y el futuro de la Sinfónica como orquesta residente en la Ballena Azul. Expresó con palabras cálidas su afecto y respeto por la Sinfónica Nacional, palabras acogidas con especial gratitud y aplausos por parte de los colegas músicos, ya que la Ministra goza en el ambiente musical de altísima estima y gran respeto por su propia trayectoria artística. Como tareas inminentes mencionó a continuación el arduo trabajo que implica la conversión de una Secretaría del Estado a Ministerio, la necesidad de llevar a buen puerto algunos asuntos pendientes de aquélla y la de crear nuevas estructuras administrativas modernas y ágiles para futuras gestiones, como sería, entre otras, la planificación de la acción cultural para la inauguración del CCK prevista para el próximo año. Dejó explícitamente en claro que su gestión – a pesar de ser limitada por lo pronto al año y medio restante del período del actual gobierno- se esforzaría en avanzar lo suficiente en los propósitos políticos mencionados “para que ya no haya luego opciones de dar marcha atrás”.
El encuentro terminó en la más bella armonía. Largo aplauso. El concertino y delegados de la orquesta formularon palabras de agradecimiento y de compromiso con los desafíos venideros.

No está demás subrayar este agradecimiento generalizado ya por el gesto de la Ministra en sí. Hasta donde llega la memoria de los colegas, nunca antes ocurrió que una máxima autoridad del área se haya acercado a la orquesta para tramar una relación personal con el conjunto, proyectando “en vivo y en directo” un compromiso compartido.
Quedó la sensación de que esta vez realmente podría abrirse una nueva etapa de diálogo entre la Sinfónica y las autoridades, que abarque las cuestiones políticas, artísticas, técnico-administrativas y gremiales a resolver en forma conjunta.
Las tareas pendientes no son pocas:
En lo técnico-administrativo: cancelación de algunas deudas relativas a servicios devengados en el área; habilitación de estructuras administrativas y de gestión para la planificación plurianual de temporadas, compromisos formales con artistas invitados, servicios afines, etc.; renovación del stock de instrumentos musicales; renovación del stock del archivo musical; provisión de tecnología y recursos humanos para la producción sistemática de contenidos multimedia, etc.
En lo artístico: planificación de temporadas sinfónicas adaptadas a las enormes posibilidades de producción y difusión del nuevo Auditorio Nacional, la Ballena Azul.
En lo gremial: la participación de la orquesta en todos los procesos mencionados.
En lo político-gremial: negociar las pautas, los reglamentos y las modalidades operativas vinculadas con la práctica de producciones multimedia, tanto en el ejercicio de derechos de propiedad intelectual (de intérpretes) como en las garantías de de control y calidad; resolver cuestiones pendientes de las últimas paritarias.

Y ya que esto es la página de un gremio, cabe mencionar la cuestión de la jerarquía salarial. El Estado Nacional tiene grandes propósitos con su Orquesta Sinfónica. No debería permitir más la fuga de valioso personal artístico. Un profesor músico en la Orquesta de la Provincia de Mendoza gana actualmente 59% más que su par en la Sinfónica Nacional, que aporta el doble en cantidad de producciones anuales. La Orquesta Sinfónica Nacional, la primera orquesta del país, es actualmente la décima en cuanto al salario de sus profesionales.

Pronto, la Ballena Azul va a surcar los mares de la cultura sinfónica. Las grandes orquestas de todo el mundo van a querer presentarse en ella. Ella marca el camino.
Hay que ponerse a la altura de las circunstancias.
¡Sigan a la Ballena!



*1

*2
También presente, entre otros: Rodolfo García (Director Nacional de Artes), Sebastián Schonfeld (Secretario de Gestión Cultural), Verónica Fiorito (Jefa de Gabinete)